Nueva York, un zapato, un gato sin nombre y diamantes.
Amanece en la ciudad que nunca duerme y una chica se baja de un taxi ataviada con un traje de noche negro. Se para ante la joyería Tiffany’s y desayuna mientras la ciudad más cinematográfica despierta. Ajena al efecto que provoca contempla el elegante escaparate de la joyería, sin saber que es ella misma la auténtica joya a contemplar. Porque ella no es un chica cualquiera, ni su despertar neoyorkino una simple situación cotidiana. Esa chica es Audrey Hepburn y acaba de nacer un mito.
El vestido negro recto de Givenchy, las perlas en su cuello y las gafas de sol han sido comentadas y estudiadas en infinidad de ocasiones pero todavía hoy no sabemos qué zapatos llevaba en ese minuto y medio que se convirtieron, junto con la música de Henry Mancini, en una abrumadora joya del séptimo arte.
En este blog te vamos a mostrar los zapatos que llevaría Holly para la ocasión, sin duda podrían ser estos salones de vinilo con piedras de Swaroski. Destacan por su versatilidad y su comodidad a pesar de tener un tacón de 9 cm.
Ideales para desayunar un café con un croissant mientras observas el escaparate más famoso de Nueva York.
Audrey y Holly traspasaron la simbiosis que hay entre una actriz y el personaje para convertirse en un símbolo mundial imperecedero. Audrey Hepburn era una persona que desprendía estilo en todos los aspectos de su vida; su forma de vestir; de caminar; la manera de hablar; actuar ante la cámara e incluso su actitud ante la vida, la convirtieron por derecho propio en un icono y un modelo a seguir para millones de mujeres.
El taqueteo de la máquina de escribir deja paso a una escena en la que Holly (Audrey Hepburn) canta la maravillosa ‘Moon River’. Con una pequeña guitarra acústica, una toalla envuelta en su pelo nos deleita con una interpretación magnética junto a la escalera de incendios, y nos habla, entre acordes, de su infelicidad, de su nostalgia, de su vida vacía. Los zapatos que lleva en esta ocasión podrían ser este estiloso salón plano de piel grabada.
La lluvia, el taxi, el gato sin nombre y el beso son las piezas que encajan para mostrarnos otro final grandioso; se te queda grabado en tus ojos y desfila por todos tus sentidos para ser partícipe de una de las grandes películas imprescindibles en aquellas personas que amen el cine, las buenas historias y la poesía hecha imagen.
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