Armas de Mujer.

La estatua de la Libertad observa impávida el viejo Ferry que traslada cada día a una marea de personas desde la terrenal State Island hasta la financiera e inhumana Manhatan rompiendo las pequeñas olas de la bahía.

Atraca con parsimonia y todo el pasaje sale, con la cabeza ocupada, quizás en números, quizás en balances,  y con  los pies rápidos y ligeros, no hay tiempo que perder, hay dinero que ganar. Las puertas de los rascacielos se abren sin dudar  para que los sueños de cada uno de ellos se puedan cumplir. Curiosamente, todos tienen el mismo sueño; triunfar donde el dinero es el emperador y algunas veces, el dictador.

Tess (Melanie Griffith) se sienta en su silla en medio de un oceáno  de ordenadores y mesas, ella es una secretaria más… Se quita las deportivas mientras coge el teléfono de su jefe y se pone los tacones para empezar su dura jornada  y continuar la lucha, contra todo y contra todos.

Para ir ligera y cómoda, Tess,  nada como estas deportivas de rejilla de Clayan; te abrazan el pie y te le dejan libre para recorrer las duras cuestas de cada día.

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Todo parece cambiar en la vida de Tess cuando conoce a su nueva jefa, Katherine Parker (Sigourney Weaver). La entiende y conectan como dos mujeres que buscan lo mismo en un mundo dominado por el hombre.

‘Viste vulgar y sólo verán el traje, viste impecable y sólo verán a la mujer’…Coco Chanel’

Para Kath, la hemos preparado un zapato de corte salón enrejillado, combinado en blanco y negro.

Convencida de que va a ser su mentora para conseguir su anhelado sueño, ofrece su mejor repertorio de ideas para que Kath vea su potencial y la ayude a entrar en el programa de formación.

La imagen  que tiene Tess sobre su jefa, Kath, cambia por completo cuando descubre que se ha apropiado de una brillante idea suya.

‘Si quieres algo, ve a por ello’…En un mundo despiadado en el que no puedes confiar en nadie, tienes que salir de tu zona de confort y hacer que las cosas sucedan.

Y sin dudarlo, descuelga el teléfono…

Se transforma de una eficaz secretaria a una alta ejecutiva, toma prestado el apartamento, la ropa y hasta la agenda de Katherine, y se pone en marcha para demostrar que ella es capaz de llevar a buen puerto la idea que ha tenido sin pisar a nadie, sólo con su trabajo y su talento.

-‘Usted es la primera mujer en esta fiesta que viste como mujer y no como una mujer piensa que se vestiría un hombre si fuera mujer’

-‘Tengo una mente para las finanzas y un cuerpo para el pecado’…

El encuentro entre Tess y Jack Trainer (Harrison Ford) no es casual, lo ha buscado ella, él le puede ser la conexión para que su idea crezca y se convierta en realidad. Jack queda prendado de ella, no sólo de su apariencia, sino también de su mente y la ayuda sin vacilar ni un segundo.

Tess  lleva un vestido sencillo y elegante, con carácter que da imagen se seguridad sin llamar la atención. Para este vestido, sin duda, la calzaríamos esta sandalia de terciopelo con tacón de 9cm, plantilla de gel y comodísima aunque no lo parezca…

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A Jack, le calzaríamos este zapato acordonado y punteado para rejuvenecer un poco el típico traje de yuppie que lleva a lo largo de  todo el metraje. Seguro que estaría agradecido y cómodo.

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Todo se complica para Tess cuando es descubierta su tapadera; pero la fe que tiene Jack en ella es fundamental para que todo acabe como tienen que acabar las comedias románticas…

Esta peli de los ochenta plantea temas que hoy, en pleno 2022, están más vivos que nunca, y además, podemos  ver como la persona que más trabas pone para que Tess crezca profesionalmente no es otra que una mujer, su jefa, que es una trepa de familia bien.

Armas de mujer, además de tener el respaldo del mundo del cine; obtuvo un Óscar de las seis nominaciones que tuvo, fue una de las películas más taquillera de 1988.

Sólo cuando decidimos arriesgarnos, salir de nuestra zona de confort es cuando nuestros sueños están un poquito más cerca.